domingo, 7 de septiembre de 2014

Esta tarde, mi bien...

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones veía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste:
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón rehecho entre tus manos.

Sor Juana Inés de la Cruz



Y en el momento en que leí este poema siempre supe que era para vos mi sol...
Te quiero.

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