miércoles, 14 de marzo de 2012

De la lluvia y sus decisiones...


Llueve sobre nosotros...pero siempre buscás la forma de escapar, aún cuando está a la vista que no puedes. No disfrutas el caminar bajo la lluvia, el jugar como dos niños chapoteando en los charcos...No. Ves a la lluvia como algo malo. En cuanto comienza a lloviznar corres y huyes, sin darte cuenta de que está lloviendo en todos lados ¿y yo? yo me quedo ahí, mojándome y viendo como te alejas,esperando que vuelvas...cuando alcanzo a reaccionar me doy cuenta de que no volverás, por que estás perdido...salgo en tu búsqueda, te encuentro y nos abrazamos.
La lluvia parece haber terminado,pero de pronto el cielo se vuelve a encapotar y el ciclo se repite...y ME CANSÉ. Me cansé correr detrás de ti, y no disfrutar el cielo, el bosque que nos rodea,el aroma embriagador de la lluvia..¿En qué me he convertido? ¿En un maratonista profesional? 



¿Cuándo para lo que yo nací es para ser paisajista? 


Entonces caigo en la cuenta. Te debo dejar.Corro hacia ti una vez más, te abrazo y realmente no quiero dejarte, porque te amo, pero sé que no puedo seguir así... la lluvia comienza a caer nuevamente, tú te levantas y emprendes tu huida, más yo me quedo sentada,abrazando mis rodillas. Esta decisión duele, y más al verte partir... tú notas mi ausencia y volteas para mirarme un segundo. Por solo un momento tengo la esperanza de que regreses y disfrutemos juntos de la lluvia, pero no. La lluvia se intensifica y continuas corriendo. Lejos de mí, lejos del paisaje, de la vida, más no lejos de la lluvia. ¿y yo? yo me quedo abrazándome a mí misma, con una pena abrumadora en el alma, pero con la certeza de haber hecho lo correcto. 
Me concentro lentamente en lo que me rodea, oigo los sonidos, aspiro el aroma a libertad, siento la tierra mojada bajo mis manos. y de a poco, muy de a poco, la lluvia va parando...baja su intensidad y puedo sentir una tibieza en mi mejilla, se siente agradable.
Abro los ojos despacio, porque volver a ver duele, demasiada claridad. Pero también, lo que se puede apreciar ahora, bajo el nuevo resplandor, no tiene igual.
Y así empiezo a sonreír de nuevo, porque entendí que aunque esté nublado, siempre sale el sol.
Otra de las locas cosas que buscan salir del corazón...
Charli